BIENVENIDOS

En este espacio de nuestra página, intentaremos difundir aquellos personajes y acontecimientos de nuestra historia, que por sus características y compromiso con la causa Nacional, entendemos, forman parte del Altar de la Patria.

El Movimiento Nacional, sustentado en los principios de la libertad, se ha expresado desde el nacimiento mismo de la Argentina. Sus actores, han protagonizado a lo largo de nuestra historia, los hechos que junto al pueblo argentino, dieron vida a ese pensamiento Nacional irrenunciable que aún hoy, es un deber difundir.

Carlos H. Hadad.

ASAMBLEA DEL AÑO XIII


La Asamblea del año Xlll, fue presidida por Carlos María de Alvear y fueron sus secretarios Hipólito Vieytes y José Valentín Gómez.
En su sesión inaugural, del 31 de enero, estuvieron representadas las Provincias Unidas del Río de la Plata, a través de los siguientes diputados:
Vicente López, Hipólito Vieytes y José Valentín Gómez, por Buenos Aires.
Gervasio Posadas y Juan Larrea por Córdoba.
Carlos María de Alvear, por Corrientes.
Juan Ramón Balcarce, por Tucumán.
Pedro Pablo Vidal, por Jujuy.
José Fermín Sarmiento, por Catamarca.
José Ugarteche, por La Rioja.
Tomas Antonio Valle, por San Juan.
Bernardo de Monteagudo, por Mendoza.
Agustín José Donado, por San Luis.
Francisco Argerich, por Luján.
Posteriormente, se incorporaron:
José Amenabar, por Santa Fe.
Manuel de Luzuriaga, por Buenos Aires.
Francisco Ortíz, por Corrientes.
Ramón Antonio Anchoris, por Entre Ríos.
Agustín De Elia y José Baigorri (en reemplazo de Larrea), por Córdoba.
Nicolás Laguna, por Tucumán.
Pedro Ignacio Castro Barros, por La Rioja.
Pedro Ignacio Rivera, por Mizque.
Simón Diaz de Ramila y Gregorio Ferreyra, por Potosí.
José María Serrana y Angel Mariano Toro, por Charcas.
La Banda Oriental fue representada por los siguientes diputados:
Dámaso Larrañaga y Pablo Vidal, por Montevideo.
Felipe Santiago Cardozo, por Canelones.
Francisco Bruno de Rivarola, por Soriano.
Marcos Salcedo, por San José.
Entre las propuestas realizadas por los diputados de la Banda Oriental, figuraba, “la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata”, y no admitían otro sistema de organización, que el de Confederación, y de “que precisa e indispensablemente sea fuera de Buenos Aires donde reside el sitio de gobierno de la Provincias Unidas.”
Los poderes de los diputados de la Banda Oriental, fueron rechazados por la Asamblea, en su sesión del 11 de junio del año Xlll. Se iniciaba así, el camino que significaría en el futuro, la pérdida de la Banda Oriental.

AYACUCHO

El 9 de diciembre de 1824, se lleva a cabo la gloriosa “Batalla de Ayacucho”, que pone fin, luego de catorce años de guerras, al dominio español en el continente sudamericano.
Fue la última batalla donde las fuerzas americanas, al mando del Mariscal Antonio José de Sucre, combatieron en unidad contra un poder imperial en defensa de su soberanía; constituyendo un hecho inolvidable, de enorme trascendencia para nuestros pueblos que aún hoy, ansían la misma unidad, indispensable para el logro de los objetivos comunes de hermandad, prosperidad y soberanía.
Integraron aquel ejército liberador, hombres que pertenecían a lo que hoy se conoce como Venezuela, Colombia, Chile, Perú, Bolivia, Paraguay y la Argentina.
Fue también, la última participación de los gloriosos Granaderos a Caballos creados por el General José de San Martín en 1812, y que combatió a lo largo de la guerra por la independencia de Sudamérica, en más de treinta batallas, iniciando su heroica gesta en el combate de San Lorenzo.
Regresaron a Buenos Aires, alrededor de cien granaderos, siete de los cuales combatieron en todas las batallas desde San Lorenzo a Ayacucho; entre ellos se destacan Francisco Olmos, Paulino Rojas, Damasio Rosales, Segundo Gomez, Francisco Vargas, el indio guaraní Miguel Chepoya y el paraguayo José Félix Bogado, como jefe. (1)
La actuación de los Granaderos a Caballo, estuvo a la altura de las características de tremenda batalla, y contribuyeron con su carga, al destrozo de las fuerzas realistas, y a la libertad del continente americano.
(1) Norberto Galasso.

LEY 14222.

Radicación de Capitales Extranjeros.
Proyecto presentado por el Poder Ejecutivo Nacional.
Sancionada el 21 de agosto de 1953.
Promulgada el 26 de agosto de 1953.
Cuando una Nación es Soberana y su pueblo Libre, su Gobierno legisla de esta manera en defensa de sus intereses.

Art. 1°- Los capitales procedentes del extranjero que se incorporen al país para invertirse en la industria y en la minería, instalando plantas nuevas o asociándose con las ya existentes, para su expansión y perfeccionamiento técnico, gozarán de los beneficios que acuerda la presente ley.
Art. 2°- A los fines del art. 1°, los capitales extranjeros podrán ingresar al país:
a) Bajo forma de divisas;
b) Bajo forma de maquinarias, equipos, herramientas y otros bienes productivos necesarios para el desarrollo integral de la actividad a la que se dedicará el inversor.
Art. 3°- Las inversiones extranjeras que se realicen de acuerdo con la presente ley, deberán ser previamente aprobadas, en cada caso, por el Poder Ejecutivo Nacional. Para la aprobación de las inversiones se tendrá en cuenta:
a) Que la actividad a lo que se destine la inversión contribuya a la realización del desarrollo económico previsto en los planes de gobierno, traduciéndose directa o indirectamente en la obtención o economía de divisas.
b) Que en los casos de capitales que se incorporen bajo la forma de bienes físicos, éstos comprendan todas las máquinas, equipos, herramientas y otros elementos concurrentes, para asegurar la instalación total de la planta y, además un volumen adecuado de materias primas y repuestos como para asegurar un normal funcionamiento por el período de tiempo que en cada caso, se considere necesario.
c) Que las máquinas mencionadas y equipos deben ser nuevos o encontarse en perfecto estado de conservación y responder a sistemas modernos y eficientes de producción.
d) El precio de los bienes físicos que integren la inversión será el corriente en los mercados de exportación a la fecha del ingreso al país.
Art. 4°- Los capitales extranjeros que ingresen de acuerdo con la presente ley, quedarán sujetos a la legislación argentina y equiparados a los capitales nacionales.
Las empresas que se constituyan con esos capitales deberán organizarse de acuerdo con la legislación vigente y ajustar su acción a las directivas de los planes de gobierno.
Estas empresas recibirán un tratamiento igual, al que reciben empresas argentinas similares.
Art. 5°- Para tener derecho a los beneficios que conceden los arts. 6° y 10°, los inversores extranjeros deberán solicitar la inscripción de sus capitales en el registro nacional que se creará a ese efecto.
Art. 6°- A partir de los dos años de la fecha en que la inversión extranjera haya sido inscripta en el registro mencionado en el art. 5°, el inversor tendrá derecho a transferir al país de origen utilidades líquidas y realizadas provenientes de la misma inversión hasta el 8% sobre el capital registrado que permanezca en el país, en cada ejercicio posterior anual.
Art. 7° Los inversores extranjeros tendrán derecho a capitalizar e inscribir como capital extranjero las utilidades que pudieran transferir de acuerdo al artículo anterior, que no hubiesen transferido por su voluntad expresa.
Art. 8°- Las utilidades cuya transferencia, dentro de las condiciones indicadas en el art. 6°, no se hubieren solicitado, o que no se decidiera capitalizar y registrar como capital extranjero, al igual que todo excedente de utilidades sobre el mencionado por ciento, quedarán definitivamente nacionalizadas y no podrán ser transferidas al exterior bajo ningún concepto.
Art. 9°- Las utilidades que se capitalicen y registren como capital extranjero y las utilidades que a su vez produzcan gozarán del derecho de transferencia al exterior establecido por los arts. 10° y 6° de esta ley respectivamente.
Art. 10°- A partir de los 10 años de la fecha de la inscripción del capital extranjero originario en el registro indicado en el art. 5°, el inversor tendrá derecho a retirarlo del país en cuotas del 10 al 20% anual, según se establezca en cada caso, al autorizar la inversión. La repatriación del capital sólo podrá ser efectuada con fondos propios del inversor. Las utilidades capitalizadas ganarán la antigüedad del capital originario.
Art. 11°- Los inversores extranjeros comprendidos en el régimen de la presente ley que no hubiesen inscripto sus capitales en el registro indicado en el art. 5°, perderán todo derecho a los beneficios que acuerda esta ley, y los mencionados capitales se considerarán definitivamente al país.
Art. 12°- Al autorizar el ingreso al país de cada inversión, el Poder Ejecutivo Nacional podrá:
a) Eximir total o parcialmente del pago de los derechos de aduana a los bienes físicos que se incorporen al país.
b) Declarar de “interés nacional” a la nueva actividad que se incorpore al país y aplicar en su favor las medidas de fomento y defensa previstas en la ley 13892(1) Decreto 14630 (2) del 5 de junio de 1944, de fomento y defensa de la industria.
Art. 13°- Comuníquese, etc.

ENFITEUSIS

Texto de la “Ley de Enfiteusis” por la cual se ceden los terrenos de propiedad pública para su explotación.
Artículo 1: Las tierras de propiedad pública cuya enajenación por la Ley del 15 de febrero, es prohibida en todo el territorio del Estado, se darán en enfiteusis, cuando menos, durante el término de 20 años, que empezarán a contarse desde el 1° de febrero de 1827.
Artículo 2: En los primeros diez años, el que las reciba en esta forma, pagará al tesoro público la renta o cánon correspondiente a un 8% anual sobre el valor que se considere a dichas tierras, si son de pastoreo, o a un 4% si son de pan llevar.
Artículo 3: El valor de la tierra será graduado en términos equitativos por un jury de cinco propietarios de los más inmediatos, en cuanto pueda ser, al terreno que ha de justipreciarse, o de tres en caso de no haberlos en aquel número.
Artículo 4: El Gobierno reglará la forma en que ha de ser nombrado el jury de que habla el artículo anterior, y el juez que ha de precidirlo.
Artículo 5: Si la valuación hecha por el jury fuese reclamada, o por parte del enfiteuta, o por la del fisco, resolverá definitivamente un segundo jury compuesto del mismo modo que el primero.
Artículo 6: La renta o cánon que por el artículo 2 se establece, empezará a correr desde el día en que el enfiteuta se mande dar posesión del terreno.
Artículo 7: El cánon correspondiente al primer año, se satisfará por mitad en los dos años siguientes.
Artículo 8: Los períodos en que ha de enterarse el cánon anual establecido, serán acordados por el Gobierno.
Artículo 9: Al vencimiento de los diez años que se fijan en el artículo 2, la Legislatura Nacional reglará el cánon que ha de satisfacer el enfiteuta en los años siguientes, sobre el nuevo valor que se graduará entonces a las tierras, en la forma que la misma Legislatura acuerde.
Buenos Aires, mayo 18 de 1826

EXEQUIAS DE MANUEL DORREGO

El 19 de diciembre de 1829, se efectuó la exhumación del cuerpo del Coronel Manuel Dorrego del sitio en que fuera fusilado en la localidad de Navarro, provincia de Buenos Aires.
John Murray Forres, Cónsul de los Estados Unidos en Buenos Aires desde 1820 hasta 1831, describe en sus “crónicas diplomáticas, once años en Buenos Aires”, el cortejo fúnebre de quien en vida fuera Gobernador de Buenos Aires, y jefe indiscutido del Partido Federal:
“El gobierno, lo mismo que el pueblo, ha estado casi exclusivamente ocupado con los magníficos preparativos de honores fúnebres al extinto gobernador Dorrego, ordenados hace ya más de dos meses por un decreto del gobierno provincial. Esta solemne e impresionante ceremonia tuvo lugar antes de ayer, veintiuno del corriente. Una comisión de la Junta Provincial, acompañada de un cirujano designado por el gobierno, y por muchas personas voluntarias, se dirigieron a Navarro, lugar de la ejecución de Dorrego, donde fue primeramente enterrado. Allí fueron ayudados por el cura párroco, quien había administrado los últimos auxilios religiosos al infortunado Dorrego, y que por el hecho de haber concurrido al entierro, pudo identificar el lugar en que yacían los restos. Al ser exhumado, encontróse el cuerpo en un estado extraordinario de conservación. Fue transportado con gran cuidado a esta ciudad y depositado el 19 del corriente en la iglesia de la Piedad. El 20, día domingo, se ofreció una misa solemne a que concurrió muchísima gente. Un grupo respetable de ciudadanos armados hicieron guardia al féretro y por la tarde fue trasladado al Fuerte, donde tuvieron lugar otras ceremonias religiosas. El lunes, a las diez de la mañana, el cuerpo diplomático y consular extranjero, junto con todas las corporaciones y autoridades del país, concurrieron, previa invitación, al Fuerte, desde donde el féretro fue conducido a la Catedral, seguido por el Gobernador, sus ministros y las autoridades públicas. La procesión marchó a lo largo de una fila de unos tres mil hombres armados, consistente en tropas regulares y de milicias. En la Catedral se ofreció, con gran pompa, una solemne misa a los acordes del Réquiem de Mozart, estando la iglesia apropiadamente decorada con crespones negros. Se pronunció también una función que está publicada en los diarios de que enviaré copia. A las cinco de la tarde, la misma procesión de la mañana se organizó de nuevo en la Catedral y acompañó al féretro hasta el gran cementerio católico llamado “Iglesia de la Recoleta”, a una milla al norte de la ciudad y en mi vecindad inmediata. Esta inmensa e imponente multitud, a paso acompasado y solemne y en gran orden y silencio, pasó por delante de mi quinta. El Gobernador, los ministros de Estado y toda la procesión marchaban a pie. Icé nuestra bandera a media asta, como lo hizo también el encargado de negocios británico Mr. Parish, que vive en el mismo barrio. En el cementerio se había erigido un hermoso mausoleo donde fueron depositados los restos del extinto gobernador. Las ceremonias fueron clausuradas con un corto y sentido discurso de S.E. el Gobernador, tras lo cual la inmensa concurrencia se dispersó pacíficamente y en orden. Seguramente que todos los detalles de esta gran ceremonia Nacional se han de traducir y publicar en la Prensa de los Estados Unidos.
John Murray Forbes

Primer Presidente Constitucional

Luego de la Batalla de Caseros, se lleva a cabo el Acuerdo de San Nicolás, sin la participación de Buenos Aires, sublevada contra el Gral. Urquiza y su intento de organización. Convocado el Congreso Constituyente, sancionada la Constitución Nacional, decreta el 29 de agosto de 1853, la elección de presidente y vicepresidente, “con arreglo a la Constitución”.
La elección tuvo lugar el 20 de noviembre del mismo año, y el resultado fue el siguiente:
Para Presidente:
General Urquiza: 94 votos
Dr. Mariano Fragueiro: 7 votos
Dr. Facundo Zuviría: 1 voto
Gral. Benjamín Virasoro: 1 voto
Dr. Vicente López: 1 voto
Gral. Pedro Ferré: 1 voto
Para Vicepresidente:
Dr. Salvador M. Del Carril: 35 votos
Dr. Facundo Zuviría: 22 votos
Dr. Mariano Fragueiro: 20 votos
Gral. Rudecindo Alvarado: 13 votos
Gral. Benjamín Virasoro: 8 votos
Dr. Juan Bautista Alberdi: 7 votos
Gral. Pedro Ferré: 1 voto
Luego del escrutinio, el Congreso Constituyente proclamó primer presidente Constitucional al Gral. Justo José de Urquiza, y a Salvador María del Carril, como Vicepresidente; luego del juramento de rigor, tomaron posesión del cargo el día 5 de marzo de 1854, sin la participación de la provincia de Buenos Aires. Son designados Ministros: el Dr. Benjamín Gorostiaga, en Interior; Dr. Facundo Zuviría, en Exterior; Juan María Gutiérrez, en Justicia, Culto e Instrucción Pública, y el Gral. Rudecindo Alvarado, en Guerra. Se inicia el camino de la organización Nacional, no excento de cruentos enfrentamientos entre la Confederación Argentina y Buenos Aires; lo que continuará por décadas a través del continuo enfrentamiento entre el interior y la ciudad puerto de Buenos Aires, no obstante el triunfo en Caseros…

GOBERNADORES DE BUENOS AIRES

A partir de la Revolución de Mayo de 1810, la Argentina intentó darse una organización institucional que contuviera aquel impetuoso accionar. La Junta Grande, los Triunviratos, la Asamblea del año 1813, los Directorios, fueron formas de gobierno que tendían a ese gran objetivo de una Nación en ciernes. En el año 1819, por iniciativa de la ciudad-puerto de Buenos Aires, se promulga la “Constitución de las Provincias Unidas en Sudamérica”, la que no contó con la opinión ni el consiguiente apoyo de las demás provincias hermanas del interior. Esta situación origina el enfrentamiento armado entre Buenos Aires y el interior encabezados por los caudillos federales de Entre Ríos y Santa Fé, Ramírez y Estanislao López, respectivamente, conducidos por Artigas. A principios de 1820, se produce la Batalla de Cepeda; al imponerse los caudillos federales sobre Buenos Aires, se celebra el Pacto del Pilar, dando fin al intento constitucional de Buenos Aires, y estableciendo un sistema federal de organización de todas las provincias en autonomía. Es por esta causa que durante 1820, en Buenos Aires se suceden varios gobernadores hasta su organización, la que se producirá, no sin duros enfrentamientos.
Gobernadores de Buenos Aires durante el año 1820:
Manuel de Sarratea.
Juan Ramón Balcarce.
Ildefonso Ramos Mejía.
Miguel Soler.
Manuel Dorrego.
Marcos Balcarce.
Martín Rodríguez.
Cabildo de Buenos Aires.
Desde el 31-08-1821 al 08-08-1823:
General Martín Rodríguez.
Desde el 09-05-1824 al 07-03-1826:
General Juan Gregorio Las Heras.
Desde el 13-08-1827 al 1°-12-1828:
Coronel Manuel Dorrego.
Desde el 1° de Diciembre de 1828 al 25-08-1829:
General Juan Lavalle. Quien a su vez delega por la guerra interior que se inicia a partir de su golpe institucional, en:
Alte. Guillermo Brown y Gral. Martín Rodríguez.
Desde el 26-08-1829 al 08-12-1829:
General Juan José Viamonte; producto del “Pacto de Benegas”, efectuado entre Los generales Lavalle y Rosas el 24 de agosto del año 1829.
Desde el 08-12-1829 al 17-12-1832:
Brigadier General Juan Manuel de Rosas.
Desde el 17 de Diciembre de 1832 al 13 de abril 1835:
Se sucedieron:
Gral. Juan Ramón Balcarce.
Gral. Juan José Viamonte.
Dr. Manuel Vicente Maza (presidente Legislatura bonaerense).
Desde el 13 de abril de 1835 al 3 de febrero de 1852:
Brigadier General Juan Manuel de Rosas.
Delegando en Felipe Arana, de agosto a octubre en 1840.
Luego de la Batalla de Caseros, durante el año 1852, estuvieron a cargo del gobierno de Buenos Aires:
Vicente López y Planes.
Manuel Guillermo Pinto.
Juan Miguel Galán.
Valentín Alsina.
Justo José de Urquiza.
Durante 1853 hasta mayo de 1854:
Junta de Ministros a cargo del Poder Ejecutivo.
Pastor Obligado (provisorio).
Es de mencionar, que hasta entonces, la provincia de Buenos Aires no tenía Constitución Provincial.
Primer Gobernador Constitucional de la provincia:
Pastor Obligado. Desde mayo de 1854 al 21-12-1858.
Desde 21-12-1858 al 08-11-1859:
Valentín Alsina.
Desde el 3-12-1860 al 11-10-1862:
General Bartolomé Mitre. Asume la Presidencia de la Nación el 12 de octubre de 1862.
Desde 11 de octubre de 1862 al 3 de mayo de 1866 se suceden:
Vicente Cazón.
Mariano Saavedra.
Desde 3 de mayo de 1866 al 10-10-1868:
Adolfo Alsina.
Desde 10-10-1868 al 30-05-1872:
Emilio Castro.
Desde mayo de 1872 a setiembre de 1874:
Mariano Acosta.
Desde Setiembre de 1874 a mayo de 1875:
Alvaro Barros a cargo del Poder Ejecutivo.
Desde mayo de 1875 a mayo de 1878:
Carlos Casares.
Desde mayo de 1878 a julio de 1880:
Carlos Tejedor.
Desde julio de 1880 a mayo de 1881:
Se sucedieron:
José María Bustillo (interventor Federal)
Juan José Romero a cargo del Poder Ejecutivo.
Desde 1° de mayo de 1881 a 1° de mayo 1884:
Dardo Rocha.
Desde 1° de mayo de 1884 a 1° de mayo 1887:
Carlos Alfredo D’amico.
Desde 1° de mayo de 1887 a 1° de mayo 1890:
Máximo Paz.
Desde 1° de mayo de 1890 a 7 de agosto 1893:
Julio Costa.
Durante el año 1893 hasta mayo de 1894 se sucedieron:
Guillermo Doll.
Aristóbulo del Valle.
Juan Carlos Belgrano.
Eduardo Olivera (interventor Federal).
Lucio Vicente López (interventor Federal).
Desde mayo 1894 a mayo de 1898:
Guillermo Udaondo.
Desde 1° de mayo de 1898 a mayo de 1902:
Bernardo de Irigoyen.
Desde mayo de 1902 a febrero de 1904:
Marcelino Ugarte.
Durante 1904 a mayo de 1906 se sucedieron:
Adolfo Saldías (delegado).
Marcelino Ugarte.
Desde mayo de 1906 a mayo de 1910:
Ignacio Dario Irigoyen.
Desde mayo de 1910 a septiembre de 1912:
José Inocencio Arias.
Desde septiembre de 1912 a marzo de 1913:
Ezequiel de la Serna.
Desde marzo de 1913 a mayo de 1914 se sucedieron:
Eduardo Arana (presidente Senado).
Juan Manuel Ortíz de Rosas.
Lucio García (vicegobernador).
Desde mayo de 1914 a abril de 1917 se sucedieron:
Marcelino Ugarte.
Vicente Peralta Alvear (delegado).
Desde abril de 1917 a mayo de 1918:
José Luis Cantilo (interventor Federal).
Desde mayo de 1918 a mayo de 1921:
José Camilo Crotto.
Desde mayo de 1921 a mayo de 1922:
Luis Monteverde.
Desde mayo de 1922 a mayo de 1926:
José Luis Cantilo.
Desde mayo de 1926 a mayo de 1930:
Valentín Vergara.
Desde 1930, destituido el gobierno constitucional iniciándose la década infame, a mayo de 1946, se sucedieron:
José Giordano (delegado).
Carlos Meyer Pellegrini (interventor federal).
Clodomiro Zabalía (interventor federal).
Mariano Vedia (delegado).
Manuel Alvarado (interventor federal).
Raymundo Meabe.
Federico Martínez de Hoz.
Raúl Díaz.
Edgardo Miguez.
Manuel Fresco (desde 1936 a 1940)
Luis Cassinelli (comisionado Nacional).
Octavio Amadeo (interventor federal).
Carlos Herrera (delegado).
Eduardo López (interventor federal).
E. Videla (comisionado nacional).
Enrique Rottjer (interventor federal).
Oscar Cazalas.
Armando Verdaguer.
Luis G. Mata.
Luis Longhi.
Ramón Albariños.
Francisco S. Kelly.
Desde mayo de 1946 a junio de 1952:
Coronel Domingo Mercante.
Desde mayo de 1952 a septiembre de 1955:
Carlos Aloe.
Desde septiembre de 1955, producido el golpe militar, se sucedieron hasta mayo de 1958:
Arturo Osorio Arana.
Juan María Mathet.
Emilio Bonnecarrere.
Desde mayo de 1958 a marzo de 1962:
Oscar Alende.
Desde 1962 hasta mayo de 1973, se sucedieron interventores federales:
Jorge Bermúdez Emparanza.
Roberto Etchepareborda.
Ceferino Marbilha.
Félix T. Viera.
Francisco Imaz.
Anselmo Marini.
Jorge Von Stecher.
Saturnino Llorente.
Horacio Rivara.
Miguel Moragues.
Desde Mayo de 1973 a enero de 1974:
Oscar Bidegain.
Desde Enero de 1974 al 24 de marzo de 1976:
Victorio Calabro.
Desde el golpe militar de 1976 hasta 11 de diciembre de 1983, se sucedieron:
Adolfo Sigwald.
Ibérico Saint Jean.
Oscar Gallino.
Jorge Aguado.
Desde diciembre de 1983 a diciembre de 1987:
Alejandro Armendariz.
Desde diciembre de 1987 a diciembre de 1991:
Antonio Cafiero.
Desde diciembre de 1991 a diciembre de 1999:
Eduardo Duhalde (elegido dos veces gobernador).
Desde diciembre de 1999 a enero de 2002:
Carlos Ruckauf / Felipe Solá.

COMERCIOS DE BUENOS AIRES AÑO 1836

Tiendas 348 Panaderías 38
Almacenes 358 Caballerizas 44
Pulperías 598 Cocherías 6
Cafés 9 Alfareros 2
Villares 26 Remates 3
Fondas 14
Bodegones 28 Corralón de madera 33
Confiterías 35 Coches y calezas 51
Licorerías 13 Carretillas y carros 823
Boticas 29 Canchas de Bolos y pelota 6
Librerías 6 Circo de gallos 2
Artesanos 286 Modistas 9
Harinerías 38 Boliches o puestos 247
Zapaterías 49 Tapicerías 5
Platería 23 Talabartería 9
Herrerías 54 Carpinterías 84
Sastrerías 31 Ojalaterías 25
Relojerías 13 Tintorerías 9
Tornerías 5 Peluquerías 10
La actividad comercial era de suma importancia en Buenos Aires; comenzaba a darse un perfil de pequeños emprendimientos productivos, que se incorpora al desarrollo y crecimiento de la nueva ciudad, sustentado por la reciente Ley de Aduanas.

Industria Argentina y aduana 1835/54, Juan C. Nicolau.

INSTRUCCIONES Por Don Juan Manuel de Rosas

Las Instrucciones para la Administración de Estancias y las Instrucciones para los Mayordomos, fue escrita por Rosas en el año 1825. Aplicadas en sus estancias y para la de sus primos, los Anchorenas, que también administraba por aquellos años. La aplicación al trabajo y al orden, expresadas en estas “instrucciones”, hacia cientos de hombres que trabajaban bajo sus ordenes, reflejan el carácter firme y tenaz de Don Juan Manuel, lo que permite observar además, su pasión dominante por el mando. A continuación, algunas de esas “instrucciones”:
“Donde deben atarse los caballos”: Se atarán solamente en los palenques y corrales. En San Martín, podrán atarse en los dos ombúes de frente a la cocina; mas de ningún modo en los que están en las calles.
“Cuidado de las casas”: Deben cuidar los capataces que los peones no corten paja de las alas de los ranchos para hacer prender el fuego; los mojinetes y caballetes deben componerse cuando se descompongan.
“Loros”: Deben cuidarse que no estropeen los montes y ranchos.
“Velas”: En la pared no debe haber; y menos deben mearse adentro los que duermen en las viviendas, que suelen mearse en las ventanas.
“Corrales”: Cuando se descompongan deben componerse, y no dejarse para cuando estén muy descompuestos. Los mejores días para componer los corrales, son cuando después de llover quedan húmedas las guascas.
“Calidad de los Capataces”: Los capataces de las haciendas deben ser madrugadores y no dormilones; un capataz que no sea madrugador, no sirve por esta razón. Es preciso observar si madrugan y si cumplen con mis encargos. Deben levantarse en verano, otoño y primavera, un poco antes de venir el día, para tener tiempo de despertar su gente, hacer ensillar a todos, y luego tomar su mate y estar listos para salir al campo al aclarar. En invierno, deben levantarse mucho antes del día, pero no saldrán al campo hasta que no aclare bien. En cuanto aclare, ya deben salir. Si hay niebla, no saldrán hasta que se quite, y en el acto de irse quitando, ya saldrán. En tanto no se quite la niebla, los entretendrán a los peones en lo que haya que hacer en las casas, si es que hay, y si no, lo harán reparar las guascas y defectos que tengan en sus recados.
“Recorridas de los puestos”: Los capataces deben recorrer los puestos, unas veces de día a una hora, otras a otra, otras a la madrugada, otras a la siesta, otras a la oración, otras, a media noche, y otras repetirá la ida dos o tres noches seguidas a una misma hora. Debe cuidarse sobre todo que los capataces de los puestos salgan de madrugada, a las horas que ya se ha dicho, que deben levantarse a ejercer sus funciones.
Deben recorrer los campos de sus pertenencias y avanzarse más afuera de ellos a ver si en la noche han pasado algunos animales de la hacienda. El capataz debe cuidar de pesquisarlos sobre si cumplen con esto y con el cuidado de las majadas y método en la recojida, y en el arreglo de las cosas, bajo todas las formas que deben guardarse, y que ya se han dicho y se dirán más adelante.
“Bichos que deben matarse”: Los tigres, leones zorros, zorrinos, cimarrones y peludos que se encuentren deben matarse. El modo de matar los zorrinos es con las bolas ganándole viento arriba: así no pueden mear ni las bolas. Después de muertos se les pisa la barriga para que acaben de salir los orines, y luego se les refriega el trasero, en el suelo, y así con esa operación no heden los cueros. En invierno es cuando los perros rastrean más, y es cuando los leones y tigres deben perseguirse más. Los cimarrones deben perseguirse en verano porque luego se cansan. Repito que en las recogidas, los perros que se vean deben correrse y matarse; y lo mismo digo de los zorros, zorrinos, tigres y leones, a no ser que la gente sea poca y el ganado venga mal.
Los cueros de todos estos animales deben irse guardando para los que los saquen. Los de león y de tigre los sacarán sin quijada, porque la cabeza con el cuero deben entregarla, y estos deben colgarse en los palos del corral con las lenguas de fuera. Cuando venga el pagamento que debe llevar un ayudante, éste tomará cuenta de los cueros de bichos que se hayan sacado en dicho trimestre y los pagarán a los que los hubiesen sacado. Se cuidará que los cueros de los bichos estén bien acondicionados, y no mal estaqueados ni desgarrados, y esto debe ser obligación de los que perciben la paga de la casa; y si no están bien acondicionados, al recibirlos, se les rebajará los que corresponda rebajarse por el desaseo. Por cada cuero de tigre y la cabeza se pagarán dos pesos; uno por el de león y la cabeza; cuatro reales por el de zorre, un real por el de zorrino, dos reales por el de los perros grandes, y un real por los de cachorritos; por cada cabeza de peludo un cuartillo. En San Martín por cada peludo entero se pagará un real. Estos precios se pagarán en Tala, Camarones y Cerrillos (nombre de sus estancias) cuando yo vaya, y así no tienen más que irlos juntando. Recibidos que sean los cueros y pagados, ya correrán de cuenta del capataz.
“Basura”: No debe ninguna, sino en el lugar destinado para echarla. Mucho menos debe haber huesos desparramados. La basura, pues, que resulte de la cocina, debe diariamente echarse en el basurero. Sobre esto debe haber gran cuidado, porque la basura y la inmundicia es el aliciente para la cría de ratones, y porque los hombres no deben vivir entre la basura.

PERON Y LA CULTURA

Parte del discurso pronunciado por el General Juan Domingo Perón el 14 de noviembre de 1947 en ocasión de haber recibido el título de doctor “Honoris Causa” otorgado por las Universidades Argentinas en reconocimiento a su obra a favor de la cultura Nacional.
“Me es particularmente difícil en esta ocasión encontrar la palabra adecuada que traduzca con fidelidad los sentimientos que me embargan desde que me fue discernida la distinción de las universidades argentinas”.
“Creo firmemente que la cultura es determinante de la felicidad de los pueblos, porque por cultura debe entenderse no solo preparación moral y arma de combate para sostener la posición de cada hombre en la lucha cotidiana sino instrumento indispensable para que la vida política se desarrolle con tolerancia, honestidad y comprensión.”
“Pero cuando una Nación recupera su ser Nacional; cuando un país se reencuentra después de haberse diluido en tanteos triviales e influencias extrañas a su tradicional modo de ser, la cultura se convierte en fuerza de inimaginables proyecciones.”
“En el Plan de Gobierno se indicó esquemáticamente que la cultura se forma por tradición y por enseñanza, y se conserva en bibliotecas, museos y archivos, perfeccionándose por la conjunción de sus factores integrantes, a saber: el hombre en su afán de superación; la sociedad en su progreso evolutivo nacional y el Estado como expresión de sus componentes y en cumplimiento de su irrenunciable misión educadora.”
“A la cultura directamente heredada, a nuestro acervo tradicional, he de referirme esta noche. Pero conviene que dedique un breve espacio al origen de nuestro saber la cultura greco-romana, de la que debemos ser y somos continuadores, y que fue en su tiempo inicial síntesis de las que florecieron anteriormente, como la caldea, la persa y la egipcia, culturas que se desvanecieron en el tiempo posterior a Alejandro para ser absorbidas definitivamente por las formas helenísticas.”
“Quiero referirme especialmente a la cultura griega como base de las conclusiones a que debo llegar, porque ella constituye en sí, y fue formada, por un proceso tan característico, tan consecuente consigo mismo, tan recio y definido y tan unido, dentro de su variedad, que no ha habido otra forma de civilización que pueda comparársele.”
“La historia de la cultura griega es la exposición del prodigio que nos lleva súbitamente desde el brutal sistema de la tiranía oriental a las más elevadas y no superadas cumbres de la sabiduría humana. Al florecer de la cultura griega se ha llamado con razón asombroso momento en que se produce el fenómeno creador más fecundo de la vida de la humanidad, porque facilitó la comprensión del cristianismo y dio lugar al nacimiento de la civilización occidental, que todavía sigue nutriendo con su savia las modernas disciplinas culturales.”
“El prodigio de la cultura griega consiste en que no solo apareció y floreció cuando los helenos existían, formaban pueblos, organizaciones políticas, sistemas artísticos, órdenes arquitectónicos y escuelas filosóficas, sino que después de sometidos esos pueblos y hasta desagregados y desaparecidos como Estados, continuó el espíritu heleno fecundando los siglos hasta el presente.” “Todo lo griego pertenece a un mismo progreso cultural. Nada que hubiera creado el hombre anterior deja de ser conocido, captado, transformado, en una palabra helenizado, dentro de su característica variedad y unidad al mismo tiempo, aprovechándose maravillosamente del legado de las civilizaciones anteriores o simultáneas. Las formas de organización de la sociedad, las matemáticas, la medicina, la arquitectura, la escultura, la poesía y el derecho existían ya creadas y en sus distintas formas las aprovecharon los griegos pero transformando radicalmente sus conceptos, por su pasión por los principios de medida y perfección.”
“Y ello pudo ocurrir en virtud de un ajuste que coloca al pueblo griego en rango de progenitor de la humanidad, por su genio creador en el campo filosófico al plantear los problemas de la mente, despreciando mitos y prejuicios y adelantándose a través de los siglos con Platón y Aristóteles.”
“Los valiosos elementos que integran la cultura griega fueron después captados por el pueblo romano. Roma añadió un sentido que debía ser el que facilitara materialmente la comprensión y adopción de los principios filosóficos griegos y la propagación y extensión del cristianismo; y con él, la desaparición de los mitos panteístas. Me refiero al sentido del Imperio y al concepto del derecho que justamente con la extensión en el mundo civilizado de la lengua del Lacio, fue la base determinante de nuestra civilización. No es preciso analizar para ello la historia de la monarquía de la república y del imperio romano como instituciones políticas. Roma fue siempre imperial, porque, por designio divino, para la evolución del mundo debió ser así. El verdadero poderío de Roma se desarrollo en su organización administrativa y en su prodigioso genio militar formado para defensa del imperio; en la definición y evolución de su Derecho y en el cultivo de su lengua, que era propagada a los pueblos conquistados que, al captar civilización tan superior contribuían a universalizar y refundir la cultura greco-romana en el mundo conocido cuya capital era Roma.”
“Roma no poseyó figuras científicas, pero asimilándose las enseñanzas griegas prosperó asombrosamente en la arquitectura, astronomía, matemáticas, ciencias físicas y literaturas. Permitió además, que su codiciada colonia, la Península Ibérica, se compenetrara tan hondamente en la Ciudad-Madre, que no solo le proporcionara grandes escritores y filósofos, sino que también le diera emperadores. Los godos, los dominadores que siguieron a los romanos, una vez convertidos al cristianismo asimilaron la cultura romana que hallaron en España, y por el uso del latín, dieron lugar al nacimiento de las lenguas romances y, con ellas, al idioma que hablamos en tierras de Hispanidad. Y cuando Alfonso el Sabio quiso codificar el derecho ibérico dio forma al Derecho Romano, base de los primeros cuerpos legales que fueron estudiados y aplicados en nuestra América.”
“No hay que olvidar que el Imperio Romano en sus últimos tiempos era cristiano.”
“En ese estado del mundo surge otro acontecimiento trascendental con sabor de epopeya y figuras de leyenda. Unos hombres que pueden compararse a los héroes de la mitología llegan a las “Islas y tierra firma de las Indias”. Letrados unos, analfabetos los más, clérigos otros, pero todos impregnados de esa cultura milenaria cuya formación tan esquemáticamente vengo relatando. Y esos hombres van sembrando con su fe, su lengua y su sangre, semillas de esa cultura cuya posesión muchos ignoraban. Así, en el folklore del Norte Argentino, en lengua aborigen se cantan interpretadas con forma singular, antiguas leyendas medioevales europeas, y un buen día, un feliz día, un soberano que vive en otro continente crea una Universidad en Córdoba del Tucumán a imagen y semejanza de la de Salamanca. Y así se realiza el milagro que nos hace legatarios de la cultura clásica.”
“La cultura de la raza latina en América, a pesar del sello auténticamente español, alcanzó jerarquía universal y sabor de eternidad porque supo fundir el alma peninsular en los viejos moldes greco-latino.”
¡España Madre nuestra, Hija eterna de la inmortal Roma, heredera dilecta de Atenas la grácil y de Esparta la fuerte: somos tus hijos del claro nombre; somos argentinos, de la tierra con tintineo de plata que poseemos tu corazón de oro. Como bien nacidos hijos salidos de tu seno te veneramos, te recordamos y vives en nosotros!.

EL GRAL ALVEAR EN EE UU

El Gral. Carlos María de Alvear, fue una figura controvertida de nuestra historia; al igual que mucho de nuestros próceres, su vida militar y política, atravesó por diversas circunstancias que lo muestran, a la distancia, con posiciones encontradas. Fue rival del Gral. San Martín en la conducción militar del ejército libertador; sitió triunfante el puerto de Montevideo, contra los realistas; presidió la Asamblea del año Xlll siendo muy jóven; fue monárquico; condujo el ejército Nacional, victorioso en la guerra contra el Brasil; gobernante y luego exiliado. Diplomático. En 1824, es asignado por Rivadavia, a los Estados Unidos, en representación de las nacientes Provincias Unidas del Río de la Plata; luego es Juan Manuel de Rosas, quien en el año 1838 lo designa nuevamente representante de la Confederación Argentina ante los EE UU, permaneciendo en el cargo hasta 1852.
Resulta interesante recordar su informe al Gobierno de la Confederación, respecto a la política internacional de aquel país del año 1844.
Pronosticaba el Gral. Alvear: “La política Norte Americana en sus planes de ambición se despliega de un modo hipócrita y pérfido caminando siempre a su objeto con previsión y tenaz perseverancia. Hasta ahora, este país había afectado una especie de protección hacia los otros pueblos y gobiernos del nuevo mundo, manifestando algunas simpatías por ellos alguna vez ejercido sus buenos oficios a favor de alguno de ellos. Esta noble conducta había sugerido a la Europa la creencia que cualquier plan ambicioso de su parte hallaría una fuerte resistencia en los EE UU. La causa americana, una misma forma de gobierno, todo en fin parecía contribuir a que esta hábil política no se alteraría…”
“Ya no es este país aquella antigua patria de Washington compuesta de ciudadanos sencillos y modestos, pero puros y contentos con su estado. Sin ambición, respetando los derechos ajenos a la par de los propios y haciéndose admirar al extranjero por la práctica en todas las virtudes sociales. Entonces esta República, contaba solo algo más de dos millones de habitantes repartidos en trece estados independientes. Pero poco más de medio siglo ha bastado para que cuente hoy día con veinte millones de habitantes y para que la Unión se componga con veintinueve estados y dos territorios. Así, su política simpática y protectora hacia el resto de la América, ha sucedido una hostil y ambiciosa. Hace doce años que esta ambiciosa política comenzó a nacer y con la rapidez que crece y se desarrolla todo en este país este tiempo ha bastado para hacerla general a las masas. La voz de la justicia y del derecho ha perdido toda su fuerza en este país y si un resto de pudor por la moral pública del mundo contenía una parte de sus habitantes, una vez el primer paso dado con la incorporación de Texas este pueblo se lanza y continuará en la carrera de usurpaciones sin que sea posible contenerlo por otros medios que no sean los de la fuerza y poder que se emplee en resistirle; pues la ambición de conquista, sin reparar en la justicia de sus medios, es desgraciadamente un hecho que domina a la mayoría del pueblo Norte Americano, y que así mismo amenaza la suerte futura de los pueblos del nuevo mundo, ofreciéndoles un sangriento porvenir de guerras, usurpaciones e injusticias.” Y culmina su informe el Gral. Alvear, pronosticando allá por el año 1844: “…de este modo una República Americana considerada hasta ahora como la protectora de las demás, se convierte de pronto en el enemigo más temible supuesto que todos sus planes de engrandecimiento se fundan en todo el resto de la América, como presa más fácil de devorar.”
Carlos María de Alvear - EE UU 1844

URQUIZA

Otra manera de conocer a los hombres…
Correspondencia del General Urquiza dirigida a Juan Manuel de Rosas en 1858, en ocasión de ofrecerle ayuda económica por su exilio en Inglaterra.
“Yo y algunos amigos de Entre Ríos estaríamos dispuestos a enviar a usted alguna suma para ayudarle a sus gastos, y le agradecería nos manifestase que aceptaría esta demostración de algunos individuos que más de una vez sirvieron a sus órdenes. Ello no importaría otra cosa que la expresión de buenos sentimientos que le guardan los mismos que contribuyeron a su caída; pero que no olvidan la consideración que se debe al que ha hecho tan gran figura en el país, y a los servicios muy altos que le debe y que soy el primero en reconocer; servicios cuya gloria nadie puede arrebatarle, y son los que se refieren a la energía con que siempre sostuvo los derechos de la soberanía e Independencia Nacional”.
Es el vencedor de Caseros el que así se expresa a su vencido Brigadier General Juan Manuel de Rosas. !

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Fue inaugurada un 12 de agosto de 1821, durante el gobierno del Gral. Martín Rodríguez, en ceremonia llevada a cabo en el Templo de San Ignacio, con la presencia del gobernador, sus ministros, autoridades eclesiásticas, militares y civiles, y los doctores del nuevo establecimiento.
Fue su primer rector, el Dr. Antonio Saenz, quien, acompañado por Esteban de Luca, trabajaron incansablemente para el funcionamiento de la U.B.A..
En su organización, la U.B.A. contaba con seis áreas de estudios.
1) Letras.
2) Estudios Preparatorios.
3) Ciencias Exactas.
4) Medicina e Instituciones Médicas y Quirúrgicas.
5) Jurisprudencia (derecho natural y de gentes).
6) Ciencias Sagradas.
A partir del decreto del 8 de febrero del año 1822, la enseñanza primaria de Buenos Aires, pasó a depender de la dirección técnica de la U.B.A., modificado luego por decreto del gobernador Dorrego en 1828.

MANUEL BELGRANO

“Mi ánimo se abatió, y conocí que nada se haría a favor de las provincias por unos hombres que por sus intereses particulares posponían el del común. Sin embargo, ya que por las obligaciones de mi empleo podía hablar y escribir sobre tan útiles materias, me propuse, al menos, echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos, ya porque algunos estimulados del mismo espíritu se dedicasen a su cultivo, ya porque el orden mismo de las cosas la hiciere germinar.” Belgrano-autobiografía.
De esta manera, pensaba el Secretario del Consulado español en el Virreinato del Río de la Plata; institución que tenía la misión de fomentar y proteger la industria, la agricultura, el comercio y administrar la justicia mercantil. Describe a los miembros del Consulado de la siguiente forma: “todos eran comerciantes españoles; exceptuando uno que otro, nada sabían más que su comercio monopolista, a saber: comprar por cuatro para vender por ocho, con toda seguridad”.
Con veinticuatro años, el flamante abogado retorna desde España, cargado de ilusiones y de ideas que desarrolla con la lectura de autores que despertaron en él iniciativas de organización; Montesquieu, Rousseau, Adam Smith, entre otros.
En España, a sus 19 años había sido designado presidente de la Academia de Derecho Romano, Política Forense y Economía Política de la Universidad de Salamanca.
Desde el Consulado, sus proyectos tendían a impulsar el desarrollo en el campo de la agricultura, la industria y el crecimiento demográfico a través de la creación de escuelas agrícolas, de dibujo, de arquitectura y comercio. En sus memorias desarrolla la propuesta agrícola: “La agricultura es el verdadero destino del hombre. En el principio de todos los pueblos del mundo cada individuo cultivaba una porción de tierra, y aquéllos han sido poderosos, sanos, ricos, sabios y felices mientras conservaron la noble simplicidad de costumbres que procede de una vida siempre ocupada, que en verdad preserva de todos los vicios y males…
Todo depende y resulta del cultivo de las tierras; sin él no hay materias primas para las artes, por consiguiente, la industria que no tiene como ejercitarse, no puede proporcionar materias para que el comercio se ejecute. Es, pues, forzoso atender primeramente a la agricultura como que es el manantial de los verdaderos bienes”.
Belgrano continúa sus estudios de economía, y difunde sus ideas liberales a sus amigos porteños, compartiendo las mismas con su primo, Juan José Castelli, próximo motor de la Revolución de Mayo.
Hacia 1801, participa de la fundación del primer periódico porteño: “Telégrafo Mercantil”; es autor de los Estatutos de la Sociedad Patriótica, Literaria y Económica; redacta el reglamento de dos escuelas: “Geometría, arquitectura, perspectiva y todas las demás especies de dibujos” y la de la “Academia de Náutica”. Lamentablemente, no recibe los fondos necesarios, por parte de las autoridades para su funcionamiento, hasta después de las invasiones inglesas.
Por sus actividades en el terreno intelectual, del que sobresalía notoriamente, se lo ha definido al Doctor Manuel Belgrano como “precursor de la Independencia de estas tierras”
Su patriotismo, sustentado y expresado por sus conocimientos en el campo del derecho y la economía, lo lleva a actuar en otros campos: el militar y la diplomacia.
Estuvieron bajo sus ordenes militares de la talla de José María Paz, Manuel Dorrego, Lamadrid, De la Cruz, Bustos, entre otros, lo que demuestra su abnegación, compromiso y capacidad en todos los terrenos.
San Martín, dijo de Manuel Belgrano: “En caso de nombrar quien deba reemplazar a Rondeau yo me decido por Belgrano; éste es lo más metódico de los que conozco en nuestra América, lleno de integridad y talento natural; no tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte en punto a milicia, pero créame usted que es el mejor que tenemos en la América del Sur”.
Al enarbolar por primera vez la bandera, dirigió a su ejército, la siguiente proclama: “Soldados de la Patria: En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro excelentísimo gobierno; en aquel, la batería de la Independencia, nuestras armas aumentarán las suyas.
Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la libertad.
En fe de que así lo juráis, decid conmigo ¡Viva la Patria!
Señor Capitán y tropa destinada por primera vez a la batería Independencia; id, posesionáos de ella, y cumplid el juramento que acabáis de hacer”.
El 20 de junio de 1820 a las siete de la mañana, el día que Buenos Aires llegó a tener tres gobernadores, murió el Dr. Manuel Belgrano en la misma casa que lo había visto nacer. Fue enterrado en la Iglesia de Santo Domingo, y sobre su tumba se colocó una simple loza que decía: “Aquí yace el General Belgrano”.